Desde hace mucho tiempo las universidades vienen solicitando a los responsables educativos de la Generalitat Valencia la necesidad de abordar un mapa de titulaciones que de respuesta a los intereses de la sociedad valenciana, permita planificar la oferta académica de las universidades y apostar por una coherente distribución de recursos. Con este objetivo, las universidades valencianas han expresado en las distintas comisiones académicas dicha necesidad y han aceptado unos criterios de paralización de la oferta académica a la espera de que el Espacio Europeo de Educación superior estuviera desarrollado. La Generalitat ha contado con el compromiso de las universidades y las universidades, a su vez, pensaban contar con el compromiso de la Generalidad de abordar la pluralidad de la oferta universitaria valenciana de manera consensuada.

El anuncio de una segunda facultad de Medicina en Valencia, adscrita a la Universidad Católica no debería sorprender a los ciudadanos, ya que todo gobierno elegido democráticamente está legitimado a tomar decisiones y a dar cuenta de las mismas a la sociedad. Tampoco debe sorprender que los rectores de la Universidad Miguel Hernández, Universidad de Alicante, Universidad Cardenal Herrera y la Universidad Jaume I expresen su desacuerdo por la decisión y pidan cuentas a la Generalitat Valenciana por no haber cumplido su compromiso. Igualmente, tampoco debe sorprender que el máximo responsable de la Universitat Jaume I solicite el área de Ciencias de la Salud para la universidad castellonense. En primer lugar, porque era intención de la Universitat Jaume I desarrollar el área de ciencias de la salud. Prueba de ello es que, aunque dicha intención se ha visto propuesta por la parálisis aludida, se creó la cátedra astrazeneca de salud y se han ofertado posgrados en el área de Ciencias de la Salud. En segundo lugar, por compromiso social. Desde sus inicios la Universitat Jaume I no se ha resignado a seguir la inercia, sino que se ha comprometido con el progreso socio-económico de Castellón.

La decisión del Consell de apostar por una segunda facultad de Medicina en Valencia plantea a la Universidad Jaume I el reto de ampliar la oferta formativa de manera que el estudiantado de Castellón tenga la posibilidad de acceder a una formación en el área de Ciencias de la Salud en igualdad de condiciones a las que se encuentra el estudiantado de otras provincias valencianas. Como siempre, ante este nuevo reto, la Universitat Jaume I ya se ha visto arropada por la sociedad de Castellón. Todos los partidos políticos, como representantes de los ciudadanos y ciudadanas de Castellón, el consejo social y diversos colectivos no han dudado en expresar su apoyo a la solicitud de la universidad de Castellón para contar con los estudios de Ciencias de la Salud.

Ahora bien, ¿A quien corresponde hacer realidad esta petición? Es innegable que, al igual que ha sucedido en las distintas etapas de la Universidad, necesitamos que los partidos tengan visión de futuro y valor político. Sin embargo, el papel de la sociedad de Castellón no es menos importante en estos momentos para que les recuerde a nuestros representantes el dicho popular que dice "Hechos son acciones y no buenas razones".

*Vicerrectora de la Universitat Jaume I