Las viñetas son necesarias, como el pan nuestro de cada día. Quique nos regala sonrisas y lágrimas. Forges muestra a un tipo trajeado, aguantando la cabeza engominada, ojos escondidos tras oscuras gafas y con ese bigotito negro. El hombre baila la danza del vientre en un acto electoral. Ante semejante prestación social alguien comenta que es a lo más que llegan algunos en igualdad de género. Y así sea. Con El Roto hemos visto inmigrantes vestidos de joteros pasando un control de integración y con Quique hemos sabido que el trasvase del Ebro es una declaración de amor y de infidelidad. Es que San Valentín no pasó por Castellón. Y así sea.

Hablando de calditos, si no quieres caldo, dos tazas, que dice el refranero, ese pozo de sabiduría popular del que tantos beben. Alguien ha dicho en Castellón que "a quien le pique que se rasque", refiriéndose al trasvase del Ebro, pero siempre hay que pensar que quien se pica, ajos come, o que el ladrón piensa que todos son de su condición. Y así sea. Por cierto, mi hermano, desde Salamanca, me cuenta que sus vecinos quieren agua de Castellón porque aquí van a dar agua para todos. Ya solo falta que me hable mi thermomix, pero no lo hace. Periodista, ama de casa, enfermera, asistente social, secretaria, psicóloga y hasta cazafantasmas. Son obligaciones de la mayoría de las mujeres, pero no vamos a quejarnos, no, que tenemos bonificaciones oficiales y hasta tenemos a Esperanza Aguirre, mujer abnegada y ahora escandalizada por eso que dijo Zapatero a Gabilondo: hace falta más tensión. La derecha ya habla de alta conspiración. Es duro ser promotor del monopolio de la crispación y que suene la palabra tensión --que no es lo mismo-- en terreno contrario. Sigo mis labores domésticas, qué remedio, al tiempo que el ordenador me escucha, porque este aparato escucha, no como otros, por eso nos jode la tensión arterial.

Periodista