Me permitirán ustedes que les exponga aquí algunas de las razones de por qué sí interesa a todos los ciudadanos y ciudadanas el Plan Hidrográfico Nacional (PHN) y el trasvase del Ebro, muy especialmente para las provincias de Barcelona, Castellón, Valencia, Alicante, Murcia y Almería.

El Plan Hidrológico Nacional fue aprobado, antes de someterse a la consideración de las Cortes Generales, por el Consejo Nacional del Agua con el apoyo de todas las Asociaciones de Consumidores y Usuarios y de todas las Comunidades de Regantes de toda España. También votaron a favor las Comunidades Autónomas de Castilla-La Mancha y Andalucía.

Durante su trámite parlamentario contó con el apoyo del Grupo Parlamentario Popular y de los Grupos de CiU y de Coalición Canaria (203 votos de los 350) en su correspondiente trámite en el Congreso de los Diputados.

Esta ley se basaba de forma fundamental en el cumplimiento del Pacto del Agua aprobado por las Cortes de Aragón y de los Planes de Cuenca.

El Pacto del Agua --que reivindica el Partido Popular-- establecía la ejecución de las obras hidráulicas en todo el territorio aragonés, antes de proceder a cualquier otra actuación. También se establecía la posibilidad de transferencias de aguas procedentes de cuencas excedentarias a cuencas deficitarias, incluido el trasvase del Ebro.

El PHN contenía el compromiso de la construcción de obras hidráulicas demandadas desde hace mucho tiempo por los aragoneses, regular las cuencas y aplicar las resoluciones adoptadas por el Consejo Nacional del Agua. No hay que olvidar que el PHN no es solo el trasvase de aguas procedentes del río Ebro sino que contempla también obras de regulación, modernización de regadíos, abastecimientos, saneamiento y depuración, acondicionamiento de cauces y prevención de incendios, restitución hidrológico-forestal y programas de control y calidad de las aguas superficiales y subterráneas con una inversión total de más de tres billones de pesetas. Aunque estas medidas serán todas beneficiosas para la provincia de Castellón, todavía existe un déficit hídrico que solo se puede paliar con el trasvase de aguas del río Ebro. Para reforzar esta tesis es necesario conocer que el Ebro tiene una disponibilidad de media anual de 12.000 Hm. de los que aproximadamente se vierten al mar 5.500 Hm y de estos se pide un trasvase de 1.050 Hm para Barcelona, Castellón, Valencia, Alicante, Murcia y Almería, siempre y cuando el caudal sea excedentario, alcance los anteriores niveles y supere en su desembocadura el caudal ecológico establecido para la preservación medioambiental del río.

En definitiva, el Plan Hidrológico Nacional no es una ley contra nadie como se está intentando hacer creer, ya que contempla el compromiso de la realización de obras históricas en Aragón, que actualmente se beneficia muy poco de esta agua por falta precisamente de infraestructuras. Nadie pretende quitar el agua a nadie, pero debiéndose respetar el medio ambiente se deben paliar los déficits hídricos de otras cuencas que están necesitadas de agua.

De todos es conocido que el Gobierno socialista adoptó por medio de Decreto-Ley, la derogación del trasvase del Ebro para satisfacer las exigencias de ERC negando a los ciudadanos de la provincia de Castellón un bien tan necesario para el desarrollo turístico, industrial y necesidades de consumo humano siendo su alternativa un canto al sol ya que el programa AGUA todavía no ha traído ni una gota de agua a la provincia de Castellón. También el Partido Popular en su PHN contemplaba la instalación de algunas desaladoras como complementarias al trasvase, nunca con sustitutivas.

Magistrado excedente. Candidato al Senado por el Partido Popular