Las protestas de los transportistas por la escalada de precios del petróleo, que tanta huella ha dejado en España durante esta semana, no han acabado, al menos en Castellón, para el sector productivo más importante de la economía provincial. En el azulejo se ha disparado la alarma ante el anuncio de otra huelga, pero esta vez de los camioneros franceses, que anuncian una convocatoria para el próximo lunes, aunque parece que las organizaciones convocantes han dado muestras de un "cierto civismo" y tienen previsto las movilizaciones solo de nueve de la mañana y cuatro de la tarde.

No obstante, se trata de un paro que preocupa al sector, porque Francia es un país de vital importancia ahora mismo para las exportaciones cerámicas, al tratarse del primer mercado no solo de Europa, sino también de todo el mundo. Además, el país galo es paso indispensable hacia cualquier otro destino europeo como Rusia, Italia, Alemania o Rumanía.

El problema, ya de por sí serio estos días, puede multiplicarse a partir del lunes en un sector que ha visto cómo esta semana muchas empresas, al quedarse sin género y no poder dar salida a la producción, se han visto obligadas a pedir suspensiones de empleo temporal, dar vacaciones o permisos especiales.

Nadie niega la razón a los transportistas en sus demandas, pero hay que compaginar el derecho a la huelga de unos con el mismo derecho que tienen otros de no hacerla y seguir trabajando.