Acaba de pasar el Día Mundial contra el Trabajo Infantil, y sin contar con grandes titulares. Los escalofriantes datos apuntan que hay 218 millones de niños trabajadores, de los que la mitad trabajan en tareas peligrosas y más de ocho millones lo hacen en condiciones de esclavitud. Es fuerte. El contraste lo hemos vivido con una noticia que sí ha copado las primeras páginas. Un centro de salud mental de Lleida está tratando la adicción de dos niños al móvil. En este centro hay ya una veintena de jóvenes que reciben tratamiento para desengancharse del móvil, internet y el messenger. Es preocupante, son muchos los que están atrapados. Y, aunque son nuevas formas de comunicación, fomentan soledad y alejamiento de la realidad. Es la otra cara de las nuevas tecnologías.

Contarles, por otra parte, que es lunes y que la sede del PP en la calle Génova recibe el apelativo coincidente de Los lunes al sol. Rajoy recibe este día entre suspiros y dientes apretados. Imagino que habrán visto la última actuación de Esperanza Aguirre y su consejero Güemes, colgada estos días en la red. Tensión hospitalaria contra la privatización de la sanidad madrileña. Y, claro, como ella, debe pensar que son todos de su condición. El subconsciente traiciona a la presidenta al soltar la frase de estáis pagados para meter follón. La anécdota es seria porque la sanidad pública de esta comunidad es un auténtico desastre.

Pero no hace falta irse a Madrid para sufrir el deterioro de un sistema sanitario, aquí vivimos años de dejadez.

Hablando de alboroto, una ministra ha recibido aluvión de críticas. Bibiana Aído usó el término miembra y se desató el debate semántico. Hasta Alfonso Guerra ha querido jugar. Desde luego es de comentario, pero recuerden que una ministra de Cultura, precisamente Aguirre, dijo admirar a la excelente pintora Sara Mago, al ser preguntada por el Premio Nobel de Literatura en 1998, el escritor residente en Lanzarote José Saramago.

Periodista