Querido lector, el otro día, aunque para ser más precisos debo decir que era el domingo al atardecer, cerca del tiempo de la luna, mientras me tomaba un "carajillo de ron" con unos amigos, uno de ellos, Luismi, mirándose el reloj dijo: "A estas horas ya debe haber terminado en Valencia el Congreso del PP. ¿Qué ha pasado? ¿Qué lectura se puede hacer? ¿Qué va a salir de ahí? ¿Se puede sacar alguna conclusión?".

De entrada, como no sabía qué se dirigía a mí, permanecí pensativo y en silencio. Pero, confieso, que no sabía qué decir. Me cogió, como se suele decir, con el culo al aire. Después, cuando reflexioné, cuando supe que me cuestionaba directamente y pedía una respuesta, creo que aún se lo aclaré menos, le dije: "No lo sé. En estos momentos, cuando aún no hemos visto a la nueva dirección del PP en acción, creo que palabras como duda o incertidumbre expresan muy bien el resultado, lo que ha salido. Ya veremos. El tiempo dirá o responderá a esas preguntas". Pero claro, mi amigo, informático él, y seguramente acostumbrado al lenguaje exacto, a la lógica matemática o lo que sea eso de la cibernética, pensaba que la política era igual. Así es que, como no paraba de insistir, con humildad le dije: "Oye, tú y yo sabemos lo mismo, da la impresión, o al menos eso parece, que este Congreso del PP no ha sido el de las alternativas políticas a los problemas que sufren los ciudadanos. Todo indica que el asunto del AVE, del agua o la cuestión de las autonomías, han sido banderas sin trascendencia que no han aparecido en las tribunas públicas. Incluso, se puede decir, que no ha habido cambios sustanciales en los contenidos programáticos que defiende el PP desde el anterior Congreso. Bueno pues, además de lo dicho, también sabemos con rigor de este Congreso que se ha hecho en clave interna. La máxima preocupación era saber quienes ocupaban la dirección. Hoy, ya se puede decir que Rajoy se ha quitado de encima a una parte importante del viejo PP, el que en los últimos tiempos, además de hacerle feos y desaires, ha intentado que se vaya. Incluso, se dice que las Cospedal, Soraya Sáenz, González Pons...etc..., vienen para moderar el discurso político y hacer posible que el PP no acojone a millones de demócratas. O dicho de otra forma: que la gente no vote al PSOE, solo por el miedo que le da el PP.

Querido lector, esto lo que se ha visto y así se lo he dicho a mi amigo. No obstante, la sola descripción de lo que ha pasado sigue dejando dudas e incertidumbres sobre el futuro, sobre lo que va a salir del Congreso. Solo el tiempo dirá si este PP quiere y puede reconducir su papel de oposición por los senderos de la normalidad, es decir: controlar al Gobierno, llegar a acuerdos de Estado y presentar alternativas sin perder el diálogo y sin llegar a la destructiva e improductiva crispación. Solo el tiempo dirá si el viejo PP (no perder de vista que tiene importantes personajes) se bate en retirada o contraataca. Solo el tiempo dirá si Rajoy, que viene del viejo PP y ha practicado el discurso apocalíptico de Aznar y Mayor Oreja, es capaz de dar un aire europeo, civilizado y democrático a una derecha decimonónica con serios anclajes en el franquismo y en la iglesia. De todas formas, hoy, quiero decir el domingo al atardecer, lo único cierto es que el "carajillo de ron" estaba de puta madre y el Partido Popular que sale de Valencia, con ese 16% de disidencia, aunque divido, está más cerca de lo normal. Lo otro, lo de los Congresos a la búlgara o por unanimidad, solo expresaban la falta de democracia. Aunque, repito, lo que va a pasar a partir de ahora, lo que va a salir de ese Congreso y su dirección, aún es dudoso. Tiempo al tiempo. Mañana se lo diré.

Experto en extranjería