La provincia de Castellón puede vanagloriarse de ser una de las primeras de España que se planteó en serio el turismo rural como una opción válida en aquellas comarcas deprimidas que necesitaban una inyección de futuro. Lo que fue una tímida iniciativa por parte de unos aventureros, poco a poco fue madurando en forma de cooperativas, organismos y particulares con propuestas serias y de calidad. En este sentido, la oferta actual en el interior castellonense no tiene nada que envidiar a otras zonas históricas.

Como no podía ser de otra manera, todas esas propuestas dispersas se condensarán en una agrupación, en la Asociación provincial de empresarios de alojamiento rural de Castellón (Atr Castellón) que ya ha comenzado a trabajar en la provincia. El principio de la unión hace la fuerza se plasma en este sector con escenarios relevantes en Montanejos, Morella, Segorbe, Sant Mateu y la Pobla de Benifassà. Nace así una fórmula de unión, defensa de derechos y también como interlocutor válido para acceder a ayudas de instituciones.

Para que todo este ambicioso proyecto fructifique, las distintas administraciones y organismos autonómicos y del Gobierno central deberán respaldar al máximo los derechos e intereses de los empresarios de turismo rural. Es la única manera de que las más de 426 casas rurales y 15 albergues de la provincia consigan revitalizar la economía en el interior castellonense.