Es verdad que había una cierta expectación, para ver y escuchar las explicaciones del presidente de la Diputación de Castellón, en el pleno de la misma, ante los insultos que había dirigido a F. Colomer en el último pleno.

La sociedad de Castellón, quizás se esté acostumbrando en exceso a escuchar bien con estupefacción, con indignación o en silencio las salidas de tono del Sr. C.Fabra y en ocasiones se terminan las conversaciones con ya sabes, cosas de Fabra o ya sabes cómo es. Lamentablemente las explicaciones fueron de esas características, que no sabía por qué el Sr. Colomer se había dado por aludido, pues sus afirmaciones fueron en una conversación privada, según el presidente de la Diputación. Eso sí, dentro del pleno y en una institución, eso lo digo yo. Me parece penoso, pues ya comenté en una ocasión lo fácil que hubiera sido el haber solicitado disculpas, pero posiblemente esa palabra no entra dentro de su diccionario y, vuelvo a repetir, además de lo que supone de falta de respeto personal, hay que añadir la falta de respeto institucional. En cualquier caso, quienes conocen al Sr. C. Fabra y al Sr. F Colomer, saben perfectamente sus diferencias de estilo, de talante y de comportamiento.

En fin, es una pena que Castellón sea portada en medios de comunicación, por comportamiento del Sr. Fabra, cuando sin duda lo podríamos ser por la belleza de la provincia, por el buen hacer a tantos niveles de los ciudadanos en su conjunto, por la afabilidad, el carácter abierto, el carácter solidario- No podía dejar pasar este espacio que se me ofrece, sin comentar desde el respeto, pero también desde la contundencia, lo que pienso y creo que no responde a comportamientos, como mínimo razonables, en cualquier nivel de la convivencia; pero menos todavía entre quienes representamos a los ciudadanos y debiéramos medir siempre nuestras palabras y acciones. Lamento tanto silencio ante este tipo de hechos y desde luego ante las kafquianas explicaciones que dio el Sr. Fabra en el último pleno de la Diputación. Como amigo, compañero, pero sobretodo como ciudadano mostrar mi afecto y mi solidaridad con F.Colomer y pedirle que por higiene democrática siga ejerciendo con su obligación en la defensa de los intereses de los ciudadanos. Es una pena como he dicho que tengamos de hablar de estos temas, pues si los comportamientos fueran otros evidentemente sería innecesario.

Diputado autonómico del PSPV