Querido lector:

Esta próxima semana se pone en marcha la cárcel de Albocàsser. Un centro penitenciario que ayudará a paliar la saturación de las cárceles valencianas de Fontcalent, Picassent y Castellón I, y que desde su origen fue objeto de enfrentamiento entre PP y PSOE.

Ahora el centro penitenciario está ya terminado y ambos partidos ni se plantean dudar de su necesidad, visto el grado se saturación de las cárceles españolas y el indudable beneficio que supondrá para la comarca donde está ubicada. Sin embargo, ahora se van a plantear otros problemas, cuya solución no ha ido pareja al proceso de construcción del centro y que por esta causa parece querer ocultarse ridículamente a la opinión pública castellonense bajo el paraguas de la seguridad, cuando en realidad son cuestiones de pura eficacia operativa, que al parecer y ante la falta de transparencia, no se deben tener seguras.

Son problemas de ajuste de todo proyecto nuevo que echa a andar como dotaciones, personal funcionario, seguridad policial. Problemas relativos a la instalación de los presos, aunque ya se sabe que por la conflictividad sindical, primero serán los de Picassent. O problemas de operatividad judicial y policial con juzgados lejanos para los traslados y sin cuartel construido para la Guardia Civil.