Querido lector:

La consellera de Turismo, Angélica Such, es de Benidorm. Por tanto, experiencia no debe faltarle en el conocimiento de las políticas de promoción que ha realizado, nos guste o no el modelo, esta ciudad a lo largo de décadas de liderazgo turístico. Y, por tanto, debe saber que solo con páginas web y con minucias parecidas no se vende una marca, ni un aeropuerto --el Costa Azahar-- que debe comenzar a funcionar y menos todo un territorio con posibilidades turísticas como es la provincia de Castellón.

Esta consellera además debe estar harta ya --como lo están los propios afectados-- de que los empresarios turísticos castellonenses le digan siempre lo mismo. Que hace falta más. Mucho más. Y que ese más lo debe elevar a las políticas del propio Gobierno valenciano para que se tomen en serio a la provincia de Castellón a la hora de venderla como destino turístico.

Porque vender Castellón no es confeccionar una página web turística, ni hacer políticas de promoción con cuatro turoperadores, ni asistir a cinco ferias. Vender Castellón es invertir en Castellón para que sea vendible y hoy por hoy, únicamente se han preocupado de vender Valencia --que está muy bien--, pero solo Valencia --que está muy mal--. Y no será porque, harta, la sociedad civil de Castellón no se lo diga.