Querido lector:

Alarte no ha sido generoso con el PSPV de Castellón en el nuevo organigrama de su partido en la Comunitat Valenciana. Ni generoso con sus valiosos apoyos --24 votos decisivos-- municipalistas de Enrique Navarro y Juan María Calles, ya que no desempeña ninguno de ellos un cargo orgánico de relevancia, ni por supuesto con los derrotados de Ximo Puig, que ni aparecen.

La elección del municipalista y alcalde de Vilafranca Óscar Tena como presidente del PSPV, designado más para contrarrestar el poder de Ximo Puig en las comarcas del norte, no es ningún valor añadido porque, como ya se sabe, la función presidencial en el PSPV no tiene peso ejecutivo.

Así pues, en la composición de la ejecutiva del nuevo secretario general de los socialistas valencianos ha primado principalmente contentar a la nueva secretaria de Organización, Leire Pajín, mirando hacia Valencia y Alicante, sin tener en cuenta que en Castellón se desatará una lucha fratricida para la elección de su primera ejecutiva provincial antes de que finalice el año y que precisamente las decisiones de Alarte no van a ayudar a paliarla.

Es más, el gesto del vicesecretario del PSOE Pepe Blanco, apoyando la política en la Diputación de Francesc Colomer, puede interpretarse también en este contexto.