Estos días que se habla tanto de cuentas públicas y privadas adquiere plena vigencia esa frase popular que asegura que las cosas son siempre del color del cristal con el que se miran. Es algo que se pone de manifiesto en el debate político y mediático que todos los años por estas fechas se genera con motivo de la elaboración de los presupuestos de las distintas administraciones.

Al Gobierno de España se le exige siempre más. Aunque incremente año tras años las inversiones en la provincia de Castellón, no tardan en aparecer las voces habituales dispuestas a rasgarse las vestiduras invocando una supuesta marginación. Hacen cuanto pueden para intentar desacreditar la gestión del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.

Cada año lo tienen más difícil, porque las matemáticas no admiten excesivas interpretaciones. Al final, dos más dos son siempre cuatro, y siete es siempre más que tres. O lo que es lo mismo, por mucho entusiasmo que derrochen los portavoces del mensaje fatalista de la supuesta marginación gubernamental hacia Castellón, a la hora de la verdad resulta que es siempre el Gobierno de España el que más invierte en el desarrollo de nuestra provincia.

En el 2009, el Gobierno central gastará alrededor de 382,5 millones de euros en la provincia de Castellón entre inversiones directas, política social y aportaciones a la Generalitat procedentes del fondo de compensación interterritorial. La suma de estos tres capítulos da 382,5 millones de euros: 234,5 millones en inversiones directas, 125 millones en política social y más de 23 millones procedentes del fondo de compensación interterritorial que se transferirán a la Generalitat Valenciana para ayudar a financiar las obras que ésta ponga en marcha. Si nos centramos en las inversiones directas en obras hablamos de la nada despreciable cifra de 234,5 millones de euros, lo que supone un incremento del 22% con respecto al presente ejercicio. Un aumento que se niegan a reconocer los portavoces del más rancio fatalismo local, quienes al unísono claman por la llegada del AVE a Castellón.

Un AVE que cada día está más cerca. Ahora estamos trabajando en la fase de redacción del proyecto del tramo comprendido entre Castellón y Valencia. Y cuando el proyecto esté terminado, se procederá a la licitación de las obras. Es algo que hemos dicho siempre, y que corroboró el pasado miércoles en el Congreso de los Diputados la secretaria de Estado de Infraestructuras, Josefina Cruz Villalón.

Y eso que cuando los socialistas llegamos en 2004 al Gobierno no había nada de nada del AVE de Castellón a Valencia. Se ha conseguido revertir en poco tiempo la precaria situación a la que nos condujeron los gobiernos de José María Aznar, que por no hacer, ni hicieron la declaración de impacto ambiental (DIA).

No lo hicieron cuando podían y ahora exigen que mañana lleguen vagones del AVE a Castellón. Exigen, se rasgan las vestiduras y proclaman a los cuatro vientos que Zapatero discrimina a Castellón. Para ellos 234,5 millones de euros es una cantidad insuficiente.

Sin embargo, los 120 millones que invertirá la Generalitat Valenciana en el 2009 en la provincia suponen para ellos una gran satisfacción. Son tan fundamentalistas que se atreven a decir que el Gobierno de España invierte muy poco en Castellón porque realizará obras el próximo año por valor de 234,5 millones de euros, y a la vez sostienen que la inversión de 120 millones que efectuará la Generalitat Valenciana supone una importantísima aportación. Para todos ellos, dos más dos no siempre son cuatro.

Quieren el AVE ya. Es la reclamación que aparece en el manual de presuntos agravios del Gobierno central hacia Castellón de la temporada otoño-invierno. Como en moda es conveniente renovar catálogos y colecciones, las inversiones en agua ahora han pasado a un segundo plano. De lo que se trata es de enredar para que los ciudadanos y ciudadanas no reparen en el inmediato inicio de las obras de construcción de las desaladoras de Cabanes-Oropesa y Moncofa, de las que en año y medio brotarán más litros de agua de los que jamás pudieron soñar los redactores de la teoría de la marginación hídrica.

ENGOLAN la voz y afilan la pluma para exigir un AVE que saben que está cada vez más cerca. Pero no dicen nada del TRAM, ese proyecto pionero que tardará en llegar al Grao mucho más de lo previsto, a tenor del tijeratazo aplicado por la Generalitat. A este y a otros muchos, porque la inversión del Consell en el 2009 en la provincia de Castellón sufrirá un recorte cercano al 12%. Las cosas del Palau de la Generalitat siguen yendo despacio. Tan lentas como la ronda de circunvalación de la capital de la Plana, inconclusa después de 17 años de gobierno popular en la ciudad y de 13 en la Comunitat.

Subdelegado del Gobierno en Castellón