Presuntos inocentes. Palabras de moda en el Partido Popular. Aunque esa presunción de inocencia no vale igual para todos, ya que mientras el dedo de la corrupción señala a diestro a siniestro dentro del PP, y algunos se le deja seguir bien agarrados a sus cargos, a otros se les ha exigido la inmediata renuncia, con suspensión de militancia incluida. No es que yo sienta piedad ahora por lo chorizos, perdón, presuntos chorizos, que llevan años forrándose a costa de la política, y del desprestigio al que la están sumiendo. Es que las discriminaciones nunca me han gustado y si la presunción de inocencia vale para unos, también debería valer para otros, y, o todos muertos o todos sencillos. Aunque a mi eso de la presunción de inocencia para los políticos me huele a argucia hooligan, quiero decir, si los pillados por la justicia llevan mi camiseta son presuntos inocentes, y si la llevan de otros colores se les considera presuntos implicados. Y si no que se lo pregunten a Ricardo Costa, mamporrero oficial del PP contra la oposición, que reclama ahora para sí la presunción de inocencia que él viene negando a los demás desde hace años.

Pero volviendo a la discriminación, no se qué cuerpo se le habrá quedado a Víctor Campos al ver que a él se le expulsa del Partido como si de un paria se tratase y a Francisco Camps se le homenajea, o a su antiguo jefe Carlos Fabra ni se le mienta. Cosas de políticos, pensarán ustedes, pero, quizá, lo más sensato es que dimitieran todos, para no ensuciar más las instituciones, y entonces, como ciudadanos corrientes, reclamar la presunción de inocencia con la que tratan de limpiar sus supuestas culpas políticas.

Licenciado en Historia