Querido lector:

Hace unos días tuve la suerte de moderar un debate entre personalidades universitarias de Castellón de notable peso académico y de gestión sobre el proyecto de homogeneización universitaria europea, el famoso plan de Bolonia, que ayer provocó movilizaciones estudiantiles en toda España, también en la ciudad de Castellón. Los cuatro expertos asistentes, el rector honorario de la UJI, Francesc Michavila, la secretaria autonómica de Universidad, Amparo Camarero, el presidente del Consejo Social de la UJI, Rafael Benavent y el rector, Francisco Toledo, cada uno con sus matices, se posicionó a favor del proceso con el argumento unitario de que ya era la hora de la Europa de los ciudadanos, de las universidades y del conocimiento, tras los procesos de unión política y económica.

La primera conclusión que saqué es que del proceso en que está inmersa la universidad española se ha hablado mucho, pero informado poco. La segunda es que existe un consenso --mayoritario entre estudiantes y profesores-- en la finalidad del proceso, pero no así en la forma, ni en los contenidos y ni en los tiempos. Tercera, que hay movimientos extraestudiantiles contrarios con argumentos un tanto demagógicos que han calado en los institutos y cuarta, que la gestión no está siendo la adecuada.