Hoy es Dilluns de Sant Vicent. (Ya no indico cursivas porque no salen impresas, pero me pregunto por qué la lengua valenciana tiene que someterse al modo cursiva o ir entrecomillada). No tiene sentido en un territorio donde cohabitan tantas lenguas. Lo sensato sería fomentar la escritura en valenciano, catalán, balear, alguerés, andorrano. Aprenderíamos, que falta nos hace, porque nos lanzamos, aunque seamos de Madrid, a ser valencianoparlante pero aparcamos el idioma escrito. Juan Marsé recogerá el jueves 23 el premio Cervantes. El sabio y genial escritor catalán ya ha anunciado el poso de su discurso. "Sin entrar en honduras, hablo de la faena, la memoria --la histórica y la otra-- de la imaginación, de las hogueras de libros, del cine, de la televisión, de las armas de destrucción masiva, del escritor anómalo y de Groucho Marx". Para Marsé, el escritor anómalo es aquel autor catalán que escribe en castellano, toda una generación de excelentes escritores que han dado forma a la dualidad cultural y lingüística. "Dominar dos lenguas, leer y escribir, siempre es mejor que hacerlo con una", remarca el premio Cervantes. El universo Marsé, desde luego, es un referente inmejorable, emocionante, para celebrar este 23 de abril. La Festa de Sant Jordi o el Día del Libro, es tiempo de ferias, y semana de mensajes directos sobre la lectura, actividad que preocupa por su descenso. Más libros, más libres, como rezaba aquella frase de los tiempos de Felipe González y que no ha perdido vigencia. Más libros, y más bibliotecas públicas. Abrir puertas a los libros. Gozar con El Chino, El león de ojos verdes, y con novelas de Vicent Usó, Víctor Maicas o Ferran Torrent. Por último, felicitar el éxito y la calidad de Chicago, el último musical del grupo Teatro de Guardia de Benicarló. Tremendas ilusiones y esfuerzos de un grupo de gente entregada de lleno, y en solitario, a la cultura.

Periodista