Querido lector:

Los autónomos son un colectivo importante en nuestra provincia. Según datos de la Subdelegación del Gobierno, su número se acerca a los 45.000. Pero tradicionalmente han sido un colectivo sin voz ni acción conocida a raíz de su escasa articulación socioeconómica y organizativa y por tanto un colectivo maltratado por los partidos políticos legislatura tras legislatura.

Sin embargo, la crisis está haciendo que sus incipientes organizaciones y asociaciones asomen la cabeza y pongan de manifiesto sus problemas y dificultades. Muchos de ellos son los famosos proveedores a los que se deja de pagar meses y meses hasta que les revientan las cuentas y se les hace imposible aguantar su proyecto empresarial, por lo general supeditado a otras empresas privadas de mayor volumen o a administraciones públicas.

Sus reivindicaciones son claras: derecho a protección social como los trabajadores por cuenta ajena y medidas más eficaces contra su crisis, que es igual a la de los pequeños empresarios pero agravada por diez cuando se refiere a la fiscalidad y a la consecución de financiación.

Ahora van a hacer oír su voz en algunas manifestaciones. Desconozco con qué grado de repercusión por lo difícil de su articulación asociativa. Pero existir, existen.