Una palabra que en los últimos días esta siendo desgraciada protagonista en los medios de comunicación de todo el mundo. Y es que cuando una enfermedad amenaza con extenderse ampliamente se le llama así, pandemia. O lo que es lo mismo, enfermedad de todo el pueblo, si se tiene en cuenta lo que significa la etimología griega de dicho vocablo.

Si un mal de esas dimensiones se desata, las alertas se disparan. Ahora y siempre. Y sobre ello es mucha la información que se conserva, porque a lo largo del tiempo hubo pandemias históricas que, en algunos casos, costó siglos erradicar.

La peste fue una de ellas, recorrió todos los estados europeos desde 1348 y los cubrió de muertos intermitentemente durante centurias. En la lucha contra ella los avances médicos fueron fundamentales, como también lo fue el desarrollo y puesta en práctica de estrictos protocolos sanitarios.

En la documentación histórica son frecuentes las noticias que hacen referencia a eso. Así, cuando se alertaba de una amenaza, era frecuente que los municipios emitieran bandos de actuación al respecto. En este sentido, en el año 1495 en Castellón se prohibía que nadie acogiera en su domicilio, ya fuera cases, alqueries ni altres lochs a nadie que viniera de fuera. Si, por el contrario, una persona habitante de la villa iba a terra hon se muyren, no podía entrar de nuevo en ella o en el terme fins sien passats XX dies.

El no cumplimiento de lo expuesto comportaba la imposición de importantes multas. A las órdenes se les daba la mayor difusión posible, la crida iba dirigida a tot hom en general con el fin de que ignorància no sia allegada.

Historiadora