Llega hasta la orilla del mar, en la playa de la Almadraba, la noticia de la promoción del agua embotellada de los manantiales de Castellón. Como la amplificación del tema a muchos alcanza y a todos en cierto modo interesa, se han suscitado comentarios variados en las tertulias habituales y, como es natural, ha tenido protagonismo especial la emblemática Fuente del Señor de Benicàssim, cuya inauguración --con la consiguiente bendición-- tuvo lugar en el verano de 1927 a la que asistieron la casi totalidad de los vecinos de la población y algunas familias de las Villas. Con el tiempo, aparecieron los nombres distribuidores de Facsa y Fobesa, que provocaron la instalación de esas singulares fuentes diseminadas por todo el término municipal, especialmente por las zonas con núcleos habitables y hoy todavía perdura la imagen tan difundida como un hecho costumbrista de tantísimos pueblos de España, en el que la fuente, el cántaro y el ser humano que de él se encargaba, generalmente mujeres, constituía una estampa habitual, cantada y contada pr poetas y escritores, y también nos ha hecho llegar el cine o los reportajes de televisión. Particularmente, yo todavía voy a la fuente que hace llegar hasta mi familia el agua de la Fuente del Señor. No voy con el cántaro, que ya casi es leyenda, voy con mi botella especial de plástico -diez litros. Cuando hablo de estas cosas del agua y calibro sus propiedades y su utilidad, siempre acude a mi memoria el recuerdo del médico neumólogo Juan Guallar Segarra, que ha cumplido los 90 años. Fue Inspector de Balnearios y director de Aguas Minero-Medicinales y ha publicado jugosos estudios sobre las características de cuatro estaciones balnearias de la provincia, todas con gran interés médico y asistencial. Se trata de Fuente En Segures, de Benassal, escenario de los veranos familiares de los Guallar durante muchos años, así como de las termas de la Vilavella, la estación balnearia de Montanejos y la de Nuestra Señora de l´Avellà, en Catí. El doctor Guallar fue también director de los balnearios El Paraíso, de Teruel, Panticosa, en Huesca, y Alhama de Aragón, de Zaragoza, donde se jubiló en el año 1989.

En cuanto a la campaña promocional de la calidad del agua mineral de nuestra provincia, bajo el lema de Aguas Minerales de Castellón, es algo que merece el reconocimiento de todos y yo quiero brindarle mi aplauso a la diputada Esther Pallardó como cabeza visible del interés de la institución a la que representa, la Diputación Provincial. Las marcas embotelladoras que participan de esta promoción son Agua de Almedijar, Agua de Orotana, de Artana, Agua de Azuébar, Agua de L´Avellà, de Catí, Agua de Chóvar, Agua de Bejís y Agua de Benassal.

Como todo lo dicho va apareciendo en la página de hoy mientras construyo más torres y castillos de arena, en la orilla del mar, no me gustaría confundir a quienes se deslumbran por la proximidad de ríos o manantiales en el entorno de los orígenes de esa mágica agua mineral a la que se hace alusión. Y es que no todos los ríos son iguales, ya que algunos son tan orgullosos que se siguen considerando ríos al llegar al mar. Y no. Hay que recordar que el río cuando llega al mar, en mar se convierte. Es mar, no es que el mar sea río, es mar, desde donde aparece la brisa y a mi me inyecta la tentación de, con mis cubos y paletas, construir castillos y torres de arena para, una y otra vez, volver a empezar. Es la pescadilla que se muerde la cola.