El Fondo Español de Garantía Agraria (FEGA), dependiente del Ministerio de Medio Rural, ha hecho público un año más su informe de gestión de las ayudas del pago único. Y como sucede en el transcurso de los últimos años, no ha habido sorpresas. Nos cabe el desafortunado honor de que los agricultores y ganaderos castellonenses sigamos siendo los que perciben un importe medio más bajo de España en las ayudas procedentes del pago único. ¿Por qué sucede lo anterior? Fundamentalmente se debe a la elevada parcelación y minifundismo de nuestras explotaciones que, lejos de aumentar, parece que hemos dado la batalla ya por perdida.

Para que vean la diferencia de los datos, un agricultor o ganadero castellonense percibe un importe medio de ayudas de 828 euros, mientras que la media estatal es de 4.124 euros y para un castellano-leonés se eleva a 6.932 euros o para un vecino aragonés es de 5.830 euros. En la parte más baja de beneficiarios, y para hacerse una idea de la diferencia existente entre nuestros agricultores y ganaderos y el resto, se encuentra ya La Rioja dónde el importe medio por beneficiario es de 2.789 euros, es decir 1.960 euros más que nosotros. Todo lo anterior ocurre por un grave problema de la extensión territorial de nuestras explotaciones. La elevada parcelación y el minifundismo nos pasa factura y no hay nadie que quiera solucionarlo. Ninguna de las administraciones públicas (Generalitat y Gobierno central) apuestan por la modernización del campo castellonense.

Por una parte, el Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino ha rebajado de nuevo los recursos destinados al desarrollo rural que sirven para hacer inversiones en las explotaciones e incorporar jóvenes a la actividad agraria. Pero más grave es que quien tiene las competencias en materia de agricultura, la Generalitat, permanezca de brazos cruzados ante todo lo que ve a su alrededor. Así, la Conselleria de Agricultura ha reducido para el 2010 su partida presupuestaria a la explotación y gestión en común de las explotaciones agrarias en un 39%, cuando se trataba de un programa estrella para la modernización del campo valenciano, la competitividad y la superación del minifundismo. Seguiremos a la cola por tanto si nadie lo remedia. H