En relación al artículo ‘El titular en el banquillo’

Qué suerte tienen los mal nacidos pertrechados tras la libertad de barra. Cada ser adquiere su agresividad, según su medio ambiente. Otros por naturaleza son dañinos, asquerosos, depredadores, traidores, vengativos y entre ellos aún se distinguen entre los malos y los muy malos y repelentes. Entre ellos me impresionan las hienas, rivales de los leones, carroñeras, traidoras y apoyadas en grupo, pero el fin, siempre derrotadas por el león.

Los hay pertrechados como las serpientes, solitarias, siempre arrastradas, camufladas a ras de suelo o sobre las ramas, sin más cabeza que para sacar su lengua venenosa y maligna, fuerza solo para estrangular, aniquilar y tragar cuanto esté a su alcance, su barra libre es la selva.

Al leer a Juan Manuel Velasco en su transcrita y patética participación u opinión del miércoles, 30 de junio pasado, en un periódico valenciano, su lectura me superaba en cuanto a la dimensión de los seres vivos y su maldad. Hay que tener acumulado infinito rencor para ser capaz de publicar, a título de opinión y participación, lo que se dice en El titular en el banquillo.

A quién pertenece dicha pluma ¿al grupo de las hienas? ¿a la soledad de las serpientes? ¿tal vez a otro reptil de peores instintos? ¿Cómo pueden existir seres tan patéticos por lo oportuno y cobarde?

¿Cómo se atreve a decir de D. Carlos Fabra y de todos los que le apoyamos que somos la mayoría de los ciudadanos de Castellón y su provincia, que somos unos mediocres, idiotas y gaviotas e incluso se atreve con el presidente de la Generalitat Valenciana, D. Francisco Camps, elegido democráticamente en las urnas con mayoría aplastante, como uno de los peores maletillas que ha pisado este coso regional?

Por lo visto, Juan Manuel, no sabes ni quieres que pase por tu imaginación, porque está claro que nunca lo podrás digerir, que el Sr. Fabra haya ganado en todas las elecciones a las que ha concurrido, tanto en las del Partido Popular, así como ante los ciudadanos de Castellón, un total de 17 elecciones, siendo el mejor político que ha tenido Castellón en toda su historia y que más ha hecho en toda su provincia.

Las patologías, y más aún si se presentan acumuladas, me hace pensar que llegan a crear cráneos vacíos de sentido común, convirtiéndonos en cerebros robot sin conciencia y programados para el odio.

Estas reflexiones, nacidas mientras leía a Juan Manuel Velasco, en su artículo con el subtítulo de libertad de barra, me inducen a dirigirme al autor, en primer lugar para pedirle que reflexione en sus opiniones y oportunismo, que siendo cierto que lo reconozco, analice entre los seres vivos cuál considera su “rol” preferido. Posiblemente con el que le impulsó el escrito de “El titular en el banquillo” no podrá ser feliz en su vida.

José Palau Martínez

DNI: 18.811.601

Urbanismo sin urbanidad

Hasta una veintena de escritos sobre un mismo tema y dirigidos al departamento de Control Urbanístico del Ayuntamiento de Castellón de la Plana puede resultar un número insuficiente todavía para quien en su condición de ciudadano intente conseguir, como atención, la información clara y precisa que el motivo llegue a exigir.

Sirva ello como ejemplo lo sucedido con la realización de una obra a todas luces ilegal para la cual Urbanismo concedió licencia días después de su ejecución, en pleno apogeo de las Fiestas de la Magdalena (lo que hace pensar eso de padrinos tengas) y permitiendo su continuidad cuarenta días más tarde pese a estar ya enterado de lo incorrecto de esa acción. El hecho en cuestión, la culminación de un muro de 2,42 metros de altura sobre una acequia de riego en límite de partición entre propiedades de masets y zona de calificación urbana.

Pues bien, Urbanismo, que se supone habrá cobrado al menos el importe de esa tasa como entraña la concesión del permiso de obras, viene a desentenderse ahora en detrimento de la parte afectada, no sanciona a la responsable de la obra realizada y no actúa en razón, como es de obligación, cursando “orden de derribo del muro construido como medida justa y acertada que requería aplicar”. Decisión con la que Urbanismo pasa a llamarse andana y como que el tema no va con él no responde a las preguntas, niega información que se solicita a través de numerosos escritos y se acoge al pretexto de “que por tratarse de un tema entre propiedades habrá que solventarse el mismo a través del procedimiento de derecho civil”.

No así del todo. Urbanismo a quien “alguna” responsabilidad le vendrá a corresponder tanto por la concesión de una licencia de obras que no se ajusta a lo solicitado, como por las irregularidades que se observan en su tramitación, no puede escaquearse a la hora de actuar para deshacer el entuerto. Su facultad de autorizar entraña al tiempo, y cuando las cosas se han hecho mal, su obligación a resolver.

Más, en este caso, que así lo justifica.

A.Ll.M.

DNI. 73.355.782-L

En el debate perdimos todos

Estos últimos días se discutió en los medios de comunicación sobre quién había ganado el debate. Que si Rajoy, que si Zapatero, que ninguno de los dos... Personalmente, no sé quién ganó, ni me interesa. Lo que tengo muy claro es quiénes perdieron: perdimos todos los españoles. Día tras día, vemos cómo, en vez de recibir soluciones, tenemos que soportar discursos, peleas y vulgaridades de la peor clase política.

José Manuel Fernández Zapico