Querido lector:

Vamos a entrar en el octavo mes del año, en la canícula de agosto, para cumplir el tercer año completo de crisis si ponemos su inicio en el verano del 2007, cuando en este periódico ya avisábamos de que Castellón perdía mil empleos al mes.

Y los problemas económicos en Castellón continúan, especialmente graves en materia de financiación empresarial, sobre todo para pequeñas y medianas empresas y autónomos, según ponemos hoy mismo de manifiesto con fuentes bien informadas de Cámaras de Comercio, asociaciones de usuarios de bancos y patronales que agrupan a pymes. Pero usted mismo lo puede comprobar por su propia cuenta con solo preguntar al comercio de la esquina más próxima, al autónomo que tenga al lado o en la misma empresa para la que trabaja.

Y es que ni créditos ICO, ni mediadores o facilitadores de créditos, ni facilidades financieras tras las fusiones frías o calientes que se vienen produciendo. En Castellón es voz unánime que el acceso al crédito para que las diferentes empresas o autónomos puedan funcionar, al mínimo como lo hacen, o para emprender nuevos proyectos, está igual o incluso peor que el año pasado, oficialmente el año más grave de la crisis. Es la realidad, se mire por donde se mire y el que diga lo contrario que se deje de milongas.

Llevamos tres años de crisis y las medidas adoptadas hasta ahora no están llegando a la economía real, digan lo que digan los políticos de turno, más empeñados en vender humo interesado que otra cosa. Y el crédito es fundamental para el funcionamiento de una economía, para pagar nóminas, pagar facturas, evitar morosidad... en definitiva para el devenir diario de cualquier empresa. Y en Castellón, hoy por hoy, eso no está pasando.