La encuesta de población activa conocida ayer cifra el número de parados en 4.645.500 personas, el 20,09% de la población activa --un 24,9% en Castellón-. Medio millón más de desempleados y dos puntos porcentuales más que hace un año. Los datos son malos: seguimos doblando la media de la UE en una tendencia sostenida e imparable desde el inicio de la crisis.

Las cifras referidas al segundo trimestre del año arrojan algunas pistas de cómo evoluciona el mercado de trabajo. La economía generó en ese periodo 82.700 nuevos puestos de trabajo, más de la mitad de ellos a tiempo parcial, lo que significa que no se trata de un empleo de calidad, pero es un dato muy bueno, porque hacía dos años que no se creaba ocupación. A la vez, se produjo un importante aumento de la población activa de 115.500 personas, lo que se puede entender en parte como una mejora en la confianza de encontrar empleo. Los dos fenómenos son positivos, pero el resultado es que el mercado no ha podido absorber a todos los demandantes de trabajo, con el consiguiente crecimiento del paro, lo que constituye un dato negativo sin paliativos. El cruce de ambas tendencias podría estar apuntando, como interpreta el Gobierno, que la intensidad de la destrucción de empleo empieza a estabilizarse.