Resulta algo habitual escuchar a representantes de la derecha política y social, que no hay tantas diferencias entre las posiciones que podamos mantener desde el PSOE o las del PP, que las ideologías están en decadencia y en esa línea suelen incidir en intentar quitar protagonismo al Estado y pedir que se mantenga al margen, que no intervenga.

Aconsejaría la lectura del último libro de Tony Judt, Algo va mal, donde muestra su preocupación ante una sociedad que ha convertido en virtud la búsqueda del interés material, lo que lleva a u incremento de las desigualdades. Judt considera que debe de haber confianza, referentes y juicios morales e incide en recuperar ideas de igualdad, solidaridad y equidad y por supuesto hemos de rechazar esa idea de que todos queremos lo mismo.

Por eso los que representamos los valores que defienden la socialdemocracia, hemos de esforzarnos y trabajar en transmitir, no solo las diferencias, sino también los valores que defendemos.

La situación actual que vive nuestro país y nuestra Comunitat, pueden ser un ejemplo claro en cuanto a las actitudes de unos y de otros. Desde el Gobierno socialista se están tomando decisiones para intentar que las cosas vayan bien, proponiendo medidas y reformas que puedan acelerar la recuperación de la economía y del empleo, para crecer antes y mejor y desde luego salvaguardando nuestro Estado de bienestar e intentando buscar una amplia cohesión social. Por eso el Gobierno ha buscado y conseguido un pacto con el PNV y con CC y así impulsar la recuperación económica y dar estabilidad y confianza. Para completar estas reformas para la recuperación, se ha producido la remodelación del Gobierno. Unos cambios sólidos y convincentes, que han provocado seguridad y satisfacción.

Por contra, ¿qué pasa con el PP, cuál está siendo su posicionamiento y sus propuestas? El silencio, la falta de compromiso y el mirar para otra parte es su política habitual. Ni una propuesta, ni una idea, da la impresión que esperan que la crisis actúe desgastando al Gobierno y que les importa más el poder llegar al Gobierno, que intentar buscar soluciones y consensos para intentar salir de la crisis y por lo tanto mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos. H