En los últimos meses hemos asistido a una serie de desconcertantes idas y venidas con el proyecto de la llegada del AVE a Castellón. Llevamos 6 años esperando que un proyecto cocinado en los fogones del anterior Gobierno del PP fuera de una vez puesto por fin en funcionamiento, aunque lo hiciera un Gobierno del PSOE. Porque lo importante no es quien lo haga, sino que se haga.

Así, desde el anuncio de Pepiño Blanco el 8 de abril, de que el AVE llegaría en 2014, gracias a la persistente presión del alcalde de Castellón, respaldado por toda la sociedad y el tejido empresarial castellonense, al final, se ha conseguido arrancar al Ministerio la fuerza de un compromiso serio.

El martes se plasmaba este compromiso entre el ministro de Fomento y el alcalde de Castellón en una reunión en Madrid, en la que además el responsable socialista de la construcción del AVE tuvo que escuchar las exigencias de Castellón de boca de Alberto Fabra. Demandas justas que fueron escuchadas por el ministro y atendidas, como corresponde a una reclamación realista. Pero Pepiño se quedó extrañado de la situación, ¿cómo, que están diciendo que el AVE llega en diciembre? Pero si lo que llega es un tren rápido pero no un AVE. ¿Si solo llegarán tres trenes PATO y el trayecto entre Castellón y Valencia cuesta ahora lo mismo que costará entonces?

El ministro lucía una graciosa incredulidad ante lo que los suyos, los socialistas de Castellón, andan “vendiendo” aquí, porque no es ni parecido a la verdad.

Y es que los socialistas castellonenses parecen los personajes de aquella famosa película de los 80, titulada Blade Runner. Un espacio extraño, donde los humanos son sustituidos por replicantes.

Así son los socialistas de Castellón, que solo buscan un cargo o un aliviadero partidista aunque sea a costa de engañar a los ciudadanos y de vender ficción.

Sin embargo, cuando alguien habla el lenguaje de los castellonenses, quienes quedan en ridículo son ellos. Porque los proyectos importantes para una provincia, como es el tema del AVE, no han de ser fruto de conflicto, sino punto de debate y encuentro. Así Pepiño y Alberto Fabra han sabido encontrar el impulso que el AVE necesita y han vuelto a poner en evidencia a los socialistas de Castellón. H