Pese a que la festividad litúrgica de San Vicente Ferrer es el 5 de abril, en la Comunitat Valenciana se conmemora en el segundo lunes de Pascua desde tiempo inmemorial y sin tener un origen y fecha concreta de inicio. Cuenta la tradición que como la mayoría de los 5 de abril coincide con los días sacros de la Semana Santa, un periodo de recogimiento, ayuno y abstinencia, y que impedía el jolgorio popular, el pueblo decidió trasladar la celebración del santo taumaturgo unos días después para que coincidiese con el periodo alegre de la Pascua de Resurrección. Así, y tras los jubilosos días en los que se conmemora la Resurrección de Cristo, en una prolongación de estas jornadas de suma alegría, se añadió el segundo Lunes de Pascua uniendo la celebración en honor a San Vicente Ferrer, que, como patrón del antiguo Reino de Valencia, requería de manifestaciones lúdicas y de plena alegría popular como espectáculos taurinos, verbenas y fastos en una demostración de exaltación al santo más venerado en las tres provincias. H