El pasado 19 de enero de este mismo año, ministro de Interior, el vicepresidente primero del Gobierno, portavoz del Consejo de Ministros y, desde el batacazo electoral del 22-M, candidato unigénito a la sucesión de Zapatero, Alfredo Pérez Rubalcaba, llegó a Castellón para estar presente en la inauguración de la nueva Comisaría. “Es un hombre que parece más bajito que en televisión” comentaban unos. “Está ya un poco viejo” criticaban otros. Pero en lo que todos coincidían era en que estábamos ante la persona que monopolizaría el devenir político de España en los próximos meses. Tanto es así que parece que no haya nada de interés en la vida nacional que no pase por la sucesión en Moncloa.

Menos de un año antes, el ministro de Fomento, José Blanco, llegó a Castellón para anunciar que en el 2014, el AVE sería una realidad en la capital de la Plana. Casi de inmediato se puso en marcha un recorte que dejaba a Castellón, de nuevo y curiosamente, fuera del mapa de las obras de alta velocidad, a causa de la crisis.

En los últimos meses, ni Extremadura, ni Castilla-León, ni por supuesto Galicia, patria chica del ministro Blanco, han dejando de ver como avanzan las obras del AVE pese a la crisis. Solo Castellón queda fuera del progreso, de la creación de empleo y riqueza. Solo Castellón pierde, una vez más, el tren y los más de 22.000 empleos que generaría esta obra.

Parece que en el PSOE están más preocupados de ir ocupando los sillones menos comprometidos para cuando lleguen las elecciones generales (que tienen que llegar cuanto antes) que de trabajar por los intereses generales del país. Enredados como están en el asunto sucesorio, en la recomposición de un partido que hace aguas por todos lados, en tapar las tropelías que han cometido en ayuntamientos y comunidades mientras han gobernado, parece que el resto no importa.

Cuando finalice este mes de junio, el Ministerio de Fomento habrá incumplido su enésima promesa a Castellón, al no presentar la licitación del tramo del AVE entre Castellón y Valencia. El alcalde, Alberto Fabra Part, va a seguir reclamando lo que es justo para los castellonenses. Y lo hará pese a que, para los distintos socialistas, Castellón sigue siendo el vagón de cola. H