Querido lector:

Hoy es el día marcado para una gran decisión de futuro en relación con la provincia de Castellón y su porvenir económico, para bien o para mal. O tal vez, no.

Me refiero a la ya manida y esperada decisión por parte de Europa sobre el dibujo que tendrán por la península ibérica los ejes de comunicaciones ferroviarias en las próximas décadas y la apuesta de Castellón por el corredor mediterráneo, que transcurriría de norte a sur y de sur a norte desde Andalucía hasta la frontera con Francia por el eje litoral. Un eje donde se concentra más del 40% del PIB español; la mayor parte de la densidad poblacional de nuestro país; los principales destinos turísticos; los tres grandes puertos españoles y sus puertos auxiliares que conectan a través del canal de Suez las economías emergentes de Asia con Europa; y los intangibles de menores costes y menores tiempos que otros ejes españoles competidores.

La decisión que adoptará Bruselas al final la deberá aplicar el Gobierno español en la priorización de las inversiones para su construcción, ya que el dinero provendrá entre un 70 y un 90% de España y entre un 10 y un 30% de los fondos europeos. Y estas inversiones deberán comenzar, si el prioritario es el corredor mediterráneo, sobre todo por la zona más carente de este tipo de infraestructura, precisamente el tramo entre Castellón y Tarragona.

Pero claro, estamos en tiempos de precariedad económica y todo el mundo cree que esta circunstancia influirá en negativo. No obstante, y aunque parezca paradójico, creo que puede ser al contrario, que la crisis nos puede ayudar porque Europa precisamente se inclinará por el trayecto que más rentabilidad ofrezca a corto plazo. Y ese es sin duda el corredor mediterráneo.