No hay derecho. No tienen vergüenza en reconocer ahora que esos proyectos, esos megaeventos tan denunciados desde estas ventanas de actualidad, hoy se perfilan como iniciativas ruinosas que agonizan presas de un estrepitoso fracaso. El Consell ya no los quiere ni en pintura. Después de gastar lo que ya no teníamos en esta Comunitat Valenciana desguazada a lo largo de los años, ahora la Generalitat va a vender Terra Mítica, va a privatizar la Ciudad de la Luz y va a asumir la deuda millonaria de la Fórmula 1 con una frescura que resulta indecente.

Terra Mítica, 377 millones más las inyecciones de dinero para hacer sobrevivir empecinadamente este proyecto que nació más muerto que Carracuca. La Ciudad de la Luz, otros 300 millones. El solar de las Torres de Calatrava, cuyo diseño costó 15 millones para nada, está ya a la venta.

El colmo de la indecencia pasa por el otro fiasco económico y pozo sin fondo de nuestra Comunitat, la Fórmula 1. El Gobierno valenciano va a asumir las pérdidas de este despropósito automovilístico que costó en su día 211 millones. La deuda no se conoce aún, se presupone de muchos millones.

No hay derecho ni vergüenza cuando estos planes ni siquiera están en los presupuestos del 2012, que según el portavoz del PP en Les Corts, Rafael Blasco, “apoyarán a las personas”. No hay vergüenza cuando se recortan ayudas a la dependencia, a las oenegés, cuando previsiblemente subirá la luz y otras cosas en enero, cuando 300 farmacias de la provincia siguen esperando cobrar y cuando casi 100.000 personas en Castellón cobra menos de 600 euros al mes. Desfachatez en el Consell, imputados en el banquillo y los ciudadanos, pagando sus deudas. H