Los congresillos del PSOE que han elegido a los delegados que acudirán al congreso de Sevilla el 4 y 5 de febrero han certificado la igualdad extrema entre Alfredo Pérez Rubalcaba y Carme Chacón, los dos aspirantes a la secretaría general. Algo que debe apuntarse en el haber de méritos de la exministra de Defensa, a la que se colocaba bastante por detrás de su contrincante al ponerse en marcha el proceso de las primarias. Una situación inesperada que vaticina que el desenlace de la elección del sucesor de José Luis Rodríguez Zapatero se dilucidará en un pañuelo.

Es lógico que cada candidato haya echado cuentas para transmitir a los militantes que llegará a Sevilla con alguna ventaja. Pero esas cuentas confirman justamente que nada está decidido con un centenar de delegados de ventaja para Chacón o para Pérez Rubalcaba, según los cálculos de cada uno, sobre los 956 que estarán en Sevilla.

Las reservas mentales de algunas personalidades del PSOE, recelosas con Chacón a causa de su procedencia catalana, abonan el debate tanto como las dudas suscitadas por la candidata en las filas más catalanistas del PSC, algo intrínseco al partido desde su fundación.