La actuación del FBI contra el portal Megaupload ha desatado un debate intenso sobre la propiedad intelectual, sobre los derechos de los creadores y sobre la manera de acceder a los contenidos en la red por parte de los usuarios. Es muy probable que hablemos, en el mundo de internet, de un antes y un después del cierre fulminante de esta web, porque la acción policial plantea nuevas y posibles medidas enmarcadas en la lucha contra la piratería.

Como han hecho notar los expertos, la idea del gratis total ha sido asumida por toda una generación, con el perjuicio que ello representa para quienes trabajan en la industria cultural y defienden legítimamente cobrar por sus creaciones. El beneficio que se extrae de las descargas en la red y de los archivos compartidos sin participación de los creadores es un atentado que pone en peligro el futuro del sector. Pero el cierre de Megaupload ofrece la oportunidad de reconducir la situación para que el acceso a los contenidos culturales sea atractivo y económico para los usuarios, al tiempo que justo para quienes deciden mantenerse en las fronteras de una legislación que debe abogar por el respeto a la creación y por favorecer a la industria.