Los primeros datos de la investigación policial establecen una relación directa entre el atentado perpetrado ayer en una escuela judía de Toulouse, con el resultado de cuatro muertos, tres de ellos niños, y la muerte a tiros de tres militares la semana pasada, uno en la misma ciudad y los otros dos en la cercana Montauban. Una de las armas utilizadas es la misma en los tres ataques, cometidos por un individuo que se desplazaba en la misma moto robada.

Tras estas coincidencias, todo son incógnitas. El crimen de ayer puede considerarse claramente antisemita y recuerda los graves ataques sufridos por la comunidad judía en los 80. Sin embargo, los tres militares asesinados eran de origen magrebí y pertenecían a una unidad de elite que interviene en Afganistán. De ahí que en principio se vincularon esos crímenes a la cuestión afgana o al 50º aniversario de la independencia de Argelia, hipótesis que ahora puede quedar relegada por la del islamismo radical o la pista neonazi. Es pronto para especular. Lo único seguro es que estos actos influirán en la campaña electoral. La cuestión de la inseguridad -hasta ahora casi ausente- puede centrar el debate. Y eso solo favorece a Sarkozy o a la extrema derecha.