Querido lector:

La apuesta del Villarreal por Miguel Ángel Lotina es por los once partidos que restan de competición con la finalidad principal de asegurar la permanencia en Primera. Aunque tal vez deberíamos decir diez.

Lo digo porque a pesar de que hoy todos deseamos que el Villarreal logre algo positivo, la liga del equipo amarillo ahora mismo no es la del líder Real Madrid, sino la de los diez partidos que restan hasta el final del campeonato, que es donde de verdad se va a jugar el ser o no ser.

Y lo digo claramente por mi fe y confianza, por supuesto no exenta de realismo, en que el equipo amarillo va a mantener la categoría a pesar de una hipotética derrota hoy frente al Madrid de Mourinho.

Por historia, por trayectoria, por plantilla, por directiva, por afición y ahora también por técnico, el Villarreal tiene tiempo para salir de la zona peligrosa de la tabla y remontar. Los 33 puntos en juego son aún muchos puntos y representan un recorrido suficiente para que el nuevo entrenador imponga criterios más racionales y recupere psicológicamente a la plantilla.

Considero que la reacción de Fernando Roig al cesar a Molina de forma tan fulminante, ha sido bien calculada. A diferencia con Garrido, al que aguantó en el banquillo demasiado tiempo, también porque la Liga daba para más paciencia, el presidente del Villarreal ha meditado bien el perfil del nuevo técnico y lo ha contratado con el tiempo también sopesado y medido.

Si tal y como pensamos muchos el Villarreal tiene jugadores más que válidos para mantenerse con suficiencia en la máxima categoría, es ahora cuando creo que también tiene un técnico de verdad, curtido en mil lides futbolísticas y con la experiencia suficiente para lograr el objetivo. Mucha suerte.