En abril los altos cargos de la Generalitat deberán pasar un peculiar examen. Sabremos cuánto dinero se han ahorrado este año con las medidas anunciadas por Alberto Fabra. La Comisión de Racionalización y Austeridad en el Gasto, creada por decreto del Consell en febrero, rendirá cuentas sobre las decisiones relacionadas con el ahorro de los recursos públicos de la Generalitat. Por primera vez, en España, una autonomía auditará el gasto de cada departamento con el puño y letra de sus altos cargos para lograr su máxima implicación y la transparencia en la gestión de cada euro.

Existe un compromiso firme con la reducción del déficit público. Además, en la citada reunión se aprobará un nuevo paquete de medidas de ahorro, complementarias de las ya establecidas en el decreto-ley de enero, en el ámbito de la sanidad y de racionalización del parque móvil. El impacto económico puede ascender a 1.057 millones de euros.

La austeridad y el correcto uso de los recursos públicos debe ser una constante. Ahora bien tampoco el único mérito ya que el Consell debe impulsar medidas de reactivación económica. Existe una psicosis en todos los edificios de la Generalitat que, incluso, han motivado cierta parálisis en decisiones importantes. Cuando no hay un euro, cunde el desánimo pero es el momento de la imaginación y de la política. Bienvenida sea la transparencia, pero retomemos cuanto antes el pulso, la iniciativa, con medidas e ideas óptimas para la Comunitat que le permita recuperar crédito e imagen. Junto al certificado del ahorrador, debería adjuntarse otro con las medidas de provecho adoptadas, una declaración jurada del trabajo realizado. H