El sector agrario ya no resiste estos vaivenes. No es demagogia, no. Cuando no son los precios de los productos es la climatología adversa, o el ninguneo de las administraciones, que también lo podemos incluir en este cajón desastre. Y ahora nos faltaba el precio del gasóleo agrícola que ha superado de lejos lo que se esperaba y se sitúa más allá de los máximos históricos. Así, el panorama es el que es: el gasóleo agrícola no para de subir, como también lo hace la electricidad, el gas, los piensos. Es decir, la mayor parte de los costes de producción que han de emplear los agricultores y ganaderos castellonenses en su actividad diaria.

Si nos remontamos a años anteriores en los que hubo subidas en el precio del gasóleo agrícola, vemos cómo en el 2000 los agricultores y ganaderos pagaban por él 0,27 euros/litro; en 2004, estaba a 0,40 euros/litro; en 2007, a 0,78 y en estos momentos supera el euro por litro. Son ya demasiados obstáculos para poder realizar un trabajo profesional.

¿Qué salidas tienen estos profesionales del campo si no pueden repercutir estas subidas en la venta de los productos obtenidos en sus explotaciones? ¿Por qué el Gobierno no pone en marcha el plan de choque que se presentó en el 2010 y que quedó reducido a reuniones sin poner encima de la mesa medidas serias para atajar y aliviar la crisis de rentabilidad que soportan miles de explotaciones? Nosotros no nos olvidamos que ésta fue una de las promesas incumplidas del anterior Gobierno pero me pregunto porqué el gobierno actual no pone remedio a este descalabro.

Al final, vamos a pasar del anunciado y prometido gasóleo agrícola profesional del que el Gobierno ya no parece querer saber nada, a subirnos más el precio. Los agricultores y ganaderos no pueden repercutir esas elevaciones continuas de sus costes de producción en los precios de las producciones, en gran parte porque no tienen poder de decisión a la hora de marcar el mismo en la cadena agroalimentaria.

Por ejemplo, cada vez que se produce un aumento del precio del carburante, el transporte sube los billetes de trenes, aviones, autobuses, etc. Sin embargo, el sufrido agricultor paga más por lo que necesita y vende cada vez más bajo. Una situación difícil de aguantar. H