Creo recordar, porque estas cosas son fugaces, maleables y de fútil recuerdo, que el programa electoral (el camino del infierno está pavimentado de programas electorales que jamás se aplicaron) del Partido Popular tenía en uno de sus puntitos, medio escondido o quizás esté equivocado y solo fueron manifestaciones de alguno de sus representantes, o a lo peor me lo he inventado todo y estoy paranoico.

Pues eso me sonaba que, pretendiendo volver a la racionalidad y evitar prohibiciones radicales y antieconómicas, se permitiría fumar en locales acondicionados y aislados, en los pubs o en algún sitio para relajar una medida que supone una pérdida importante de ingresos en muchos restaurantes que se quedan sin copas de sobremesa, y no digamos en locales de ocio nocturnos, que ahora no huelen a humo, pero sí a sudado, y a los vecinos les toca soportar bajo sus ventanas y a cualquier hora la charla de los fumatas.

Esto no es congruente con nuestra tradición turística, que no se olvide se nutre de que somos amables y tenemos unas condiciones de vida singulares y alegres, que nos distinguen de los rigurosos y aburridos nórdicos. No veo por qué tenemos que ser iguales que ellos, y ya puestos, muchos países europeos, especialmente los jefes alemanes, sí permiten fumar con arreglo a unas limitaciones lógicas en estos establecimientos. Si en esas estamos, que se prohíban las grasas saturadas y todo tipo de comida que causa multitud de enfermedades, y chillar por la contaminación acústica, o luces brillantes por la contaminación lumínica y así hasta donde quieran.

Por cierto, para todos aquellos mal pensados, yo no fumo, pero sí pienso y además saboreo puros. H