Los cambios bruscos de temperatura son perjudiciales para la salud, más aún cuando se trata de ambientes artificiales como es, en general, el aire acondicionado. Sobre estos aparatos todavía existe ciertos escepticismo por parte de muchas personas, que cuestionan sus efectos en el cuerpo humano. Sin embargo, muchas teorías apuntan a que no se trata del artefacto en sí, sino más bien del uso que se le da y la manera cómo se utiliza.

La temperatura idónea para la mayor parte de los usuarios está entre 22 y 25º centígrados. El Ministerio de Industria, en su día, instó a poner como tope 24º centígrados como forma de minimizar la temperatura en oficinas, al considerar que este tipo de medidas disminuyen el consumo de electricidad y no perjudica la salud.

Entre los problemas más habituales de la climatización están las molestias musculares, causadas por el impacto directo del aire acondicionados, y algunas infecciones respiratorias y alérgicas, causadas por la difusión de virus, bacterias y elementos volátiles, como el polvo. H