Antes que nada, es necesario tener un conocimiento, lo más claro posible, del tipo de piel que tiene el pequeño/a para saber cuál es el factor de protección que debe aplicarle en la crema solar. Si el niño tiene una piel muy clara, que nunca se broncea y se quema con facilidad, deberemos utilizar una protección superior a 50. Por contra, si tiene una piel que se quema con facilidad pero se broncea, debe utilizar un índice de protección entre 40 y 25.

No obstante, si tiene una piel que se broncea fácilmente, el índice puede oscilar entre 25 y 15, aunque es recomendable que nunca baje del número 25, ya que así se asegura una total protección de la piel contra los nocivos efectos solares.

Pero lo que no puede hacer es esperar al verano, momento en que los más peques pasan días de sol y disfrute en playas, piscinas o ríos y varias horas al sol, aunque sean pocas. Los rayos de sol de esta primavera pueden ser tan dañinos como los del verano, por lo que, desde el momento que salga a la calle debe iniciar la protección solar. H