Querido lector:

Si hay algo en lo que se debe dar prisa la Generalitat valenciana en relación a la provincia de Castellón es en solucionar el problema del aeropuerto de Castellón. Por dos razones principales: porque lo demanda la economía castellonense y por lavar la imagen que se ha creado de Castellón y de la Comunitat Valenciana debido a lo interminable de su puesta en marcha.

Además, la Generalitat es el accionista mayoritario (99% de las acciones) de la promotora aeroportuaria y por tanto debe tomarse en serio la infraestructura que ha supuesto una financiación de 140 millones de euros a fin de rentabilizar la inversión, dar respuesta a la sociedad civil de Castellón que está ya harta de sentirse menospreciada por la tardanza y atender la demanda del sector turístico provincial, uno de los puntales sobre el que debe basarse la reactivación económica castellonense y sobre el que debe pivotar gran parte del nuevo modelo económico provincial, según han apuntado todos los expertos.

La denuncia que hoy publicamos en Mediterráneo de los empresarios de Peñíscola, compartida también por el complejo turístico de Marina d’Or, que conforman hoy por hoy los principales polos de atracción turística de la provincia, indica bien a las claras la reivindicación de toda una clase empresarial que concibe al aeropuerto como un elemento imprescindible no ya para el futuro sino para el presente.

Según el sector turístico, según todas las organizaciones empresariales y según todos los expertos, Castellón está perdiendo competitividad por no poner en marcha esta infraestructura, mientras la Generalitat se pierde en conjeturas y en una alarmante falta de decisión política que está acabando con la paciencia de los castellonenses.