Hace unos días nos desayunábamos con la noticia de que en algunas comarcas alicantinas como l’Alcoià i el Comtat se estaba detectando una práctica muy perjudicial para los propietarios de fincas agrícolas.

Con este artículo solo pretendo que en nuestras comarcas castellonenses se esté más alerta si cabe. Pues bien, el episodio, propio del teatro del absurdo y como si se tratara de una broma de mal gusto, comienza cuando algunos propietarios de fincas agrícolas han visto asombrados cómo han llegado a sus buzones facturas sobre gastos de desplazamientos de las Unidades de Bomberos de turno que acudían a sofocar incendios intencionados en las cunetas de las carreteras que acceden a sus mismas fincas y parcelas.

Esto huele a chamusquina, no por los incendios en sí, sino por todo lo que se refiere a estos casos, porque la mayoría son actuaciones intencionadas con una clara finalidad --no escapa a nadie creo yo-- de provocar perjuicio al propietario de turno, a sus cultivos, a su parcela, suponiéndoles grandes gastos económicos. Y de esta manera, la víctima (el propietario) se convierte en culpable y esto no se puede admitir de ninguna de las maneras.

Así que desde estas páginas hago un llamamiento a los agricultores de Castellón y comarcas para que estén alerta por si esta situación se diera en esta zona. ¿Por qué deben correr con los gastos derivados de apagar un incendio, si los agricultores no son los responsables de estos episodios? Una vez más parece el cuento de nunca acabar, en un momento en el que los agricultores no pueden llevar más peso encima del que llevan.

La Unió de Llauradors se ha quejado a la Conselleria de Gobernación, para que al menos quede constancia de lo incongruente que nos parece esta práctica abusiva que si se aceptara sin remisión, ya no quiero ni pensar hasta dónde se podría llegar.

¿Es culpa del agricultor que se den estos incendios? ¿Se olvida la causalidad? ¿Tendremos que vigilar día y noche nuestras parcelas para que no se provoquen estos incendios? Y esto va a más, no solo arderá lo que sea que arda en el campo, es que a los agricultores nos saldrá humo de la cabeza de ver tanta irresponsabilidad y ganas de cargarse una profesión como la nuestra. H