Querido lector:

No son de las construcciones que llaman la atención porque su fin es menos llamativo que un parque temático, una ciudad de ciencias y artes turísticas o un aeropuerto. Pero la inversión que han supuesto no se queda atrás. Sobre todo si pensamos que son unas instalaciones que no van a tener prácticamente uso y si tenemos en cuenta que fueron diseñadas y construidas con un afán más político que económico.

La realidad las ha puesto en su sitio. Tanto la desaladora de Moncofa como la de Cabanes-Oropesa ya no tienen sentido si las poblaciones para las que fueron diseñadas no son ni van a ser las previstas hasta dentro de muchos años. De ahí que todavía sean más irónicos y anacrónicos los motivos que llevaron a tomar la decisión de su construcción. Una decisión de la entonces ministra Cristina Narbona, que para más enjundia se adoptó casi o las puertas de la burbuja inmobiliaria, pero que daba igual porque la cuestión era desactivar la reivindicación del trasvase del Ebro pactando con el nacionalismo catalán.

Y claro, a fecha de hoy y en plena crisis ningún ayuntamiento quiere costear un suministro de agua a más precio del que ya la tiene garantizada, salvo para ocasiones muy puntuales, como algunos periodos estivales secos o de gran afluencia turística que obligue a ponerlas en marcha de forma ocasional. Y si este es su único uso previsto y además quien gestiona el Gobierno ahora es el PP, opuesto por principio a la desalación, la conclusión que obtenemos es que las dos macroinstalaciones de desalación de la provincia de Castellón, van a terminarse, van a probarse y van a dejarse en punto y hora, según consta en los contratos de adjudicación y concesión... pero para no funcionar, salvo como digo, en casos de emergencia.

Así lo comunicó el Gobierno hace meses a las empresas concesionarias aunque algún senador del PP quiere ahora rentabilizar políticamente el asunto con los ayuntamientos afectados con una mediación cuyo resultado ya estaba solucionado de antemano. Tal es así que las empresas concesionarias ya montan los operativos para tenerlas al ralentí, con lo que los municipios firmantes no tendrán mayores problemas.