Querido lector:

Que un secretario provincial del PSPV sea elegido porque es el que menos puede perjudicar al partido en la situación un tanto convulsa en la que se encuentra (precisamente el candidato que quiere repetir) es muy triste aunque sea el criterio que va a seguir el secretario general del PSPV Ximo Puig a la hora de dar su apoyo a Francesc Colomer.

Se trata de un criterio que se complementa además con un argumento que Puig ha manifestado en varias ocasiones y que viene a referirse al hecho de que el secretario provincial en la nueva estructura comarcal del PSPV no será más que un enlace, un coordinador sin poder ejecutivo. Y que se completa en tercer término con otro argumento, más bien una constatación de su poder, sobre el significado que tiene el hecho de que el secretario general del PSPV, o sea Puig, sea de Castellón. Es decir, que ejercerá una tutela más que estricta sobre el secretario provincial.

Este triple criterio del líder socialista para apoyar a Colomer, por muy prácticos aunque poco políticos e ilusionantes que sea (ya que hay que tener en cuenta el estado en que ha quedado el PSPV provincial tras su mandato), tiene además otras derivaciones que sirven para entender la decisión de Puig. En frente se presentan otros dos candidatos, José Benlloch y Óscar Tena, el primero, alineado con el rival de Puig en el último congreso regional y el segundo, de Vilafranca, enemigo natural del morellano.

Con estos antecedentes, el actual secretario general no puede tener al enemigo en casa ni apoyar a ninguno de ellos, con lo que se refuerza aún más su decantación por como mal menor, aún a sabiendas de sus múltiples errores en la gestión del partido en los últimos años, su pésimo bagaje electoral y su pérdida de credibilidad entre las bases.