Hay que ver como somos. Ahora llega el Partido Popular con su mayoría absoluta y cambia a golpe de decreto todo lo que se le antoja. Educación para la Ciudadanía era una asignatura pendiente como otras muchas que se guardan bajo la manga y que cada viernes del terror asomarán sin timidez en el Consejo de Ministros. Hay que cambiar el nombre por Educación Cívica y Constitucional y sobre todo, el temario, revolucionario y peligroso, parece ser. Con la juventud que tenemos que aguantar tan contestona en la calle libros en alto no vaya a ser que encima les enseñemos desde las aulas a ser verdaderos perros-flautas sin escrúpulos.

Ay señor! Qué país! Pues eso, una hora a la semana y uno de los grandes quebraderos de cabeza de los señores ministros. Ya sabe usted que el adoctrinamiento es muy importante y más si son las masas jóvenes descontroladas. En fin, que a los señores del PP el temario no les gusta nada y deciden cambiarlo reduciendo contenidos sobre conflictos sociales, erradicando el dialogo y la cultura de la paz, las desigualdades, obviando las referencias a la afectividad o el rechazo a la discriminación de los homosexuales. El ministerio propone eliminar epígrafes como el que se refiere al racismo, la xenofobia y la homofobia centrándose en la familia en el marco de la Constitución Española e incorporando temas como la defensa del papel de la iniciativa económica privada en la generación de la riqueza y la critica el nacionalismo excluyente y claro, algunas autonomías se les han puesto de uñas. Madrid directamente pide que se suprima la asignatura, como no. Y luego, el Sr. Wert no quiere que los estudiantes le abucheen en la Feria del Libro de Madrid. H