Querido lector:

En estos tiempos de recrudecimiento de una de las peores crisis de la historia la ciudadanía exige a la clase política altura de miras. Es decir, que más allá de las diferencias que debe haber entre las diferentes fuerzas políticas, hallen puntos de encuentro básicos que excedan la lucha partidista y beneficien a sus gestionados, los ciudadanos, gobierne quien gobierne.

Un ejemplo lo dieron ayer mismo, a nivel nacional, los principales partidos, PP y PSOE junto a CiU, PNV, UPD y UPN el abogar por las responsabilidad acordando una postura favorable común en relación al pacto fiscal europeo que recoge, entre otros puntos, la obligación de limitar el déficit estructural anual al 0,5% del PIB de cada país.

Y un ejemplo así, lo deberían dar al menos PPCV y PSPV en la Comunitat Valenciana en materia de financiación autonómica, cuestión absolutamente básica ahora para el sostenimiento de las competencias de nuestra autonomía. La Confederación de Empresarios de Castellón lanzó claramente este mensaje el miércoles en su reunión anual de homenaje a las empresas y los dos principales líderes políticos valencianos, los castellonenses Alberto Fabra (PP) y Ximo Puig (PSPV), lo pusieron sobre la mesa en su primera y única cumbre hasta ahora.

Gobierne quien gobierne en la Generalitat, es necesario cambiar el modelo y mejorar la financiación que nos sitúa entre los que menos recibimos del Estado. Y para ello ambos partidos deben establecer primero un consenso político, después un acuerdo sobre los términos de ese nuevo modelo y en tercer lugar un calendario de actuaciones y reivindicaciones ante el Gobierno central. Si no, ni aun con los recortes programados, la Comunitat Valenciana se podrá sostener.