Ante el caso de un vecino que moleste con ruidos constantes y aunque la legislación sobre ruidos no es todavía muy buena, se puede actuar por dos vías. Por un lado, se debe plantear la queja ante la junta de propietarios de la comunidad de vecinos para que se dirija a ese concreto instando a que no realice actividades molestas en el inmueble. Caso de que los vecinos fueran alquilados, seguir el mismo protocolo. Por otra parte, se puede acudir a la Concejalía de Medio Ambiente del Ayuntamiento y presentar una reclamación para que procedan a medir el nivel de decibelios emitidos a esas horas. Si las emisiones de su vecino superan las permitidas, le impondrán una sanción administrativa; pero también puede ocurrir que sea un problema de aislamiento acústico. En ese caso, si se trata de un defecto constructivo por no respetar las normas de edificación sobre aislamiento térmico y acústico, tendría que dirigir su reclamación contra el constructor. Es un proceso largo en el tiempo y complejo, pero ya hay sentencias judiciales en ese sentido. H