Apagamos el fuego de Sant Joan tras una noche de magia que marca el ciclo estival. La fase creciente de la luna debería abrir espacios de renovación, saneamiento, purificación del pesado aire que respiramos. Como otras semanas, cuesta mucho encontrar esa ranura de luz a la que aferrarse para superar tanta opacidad. Difícil si un ministro de Justicia nos pide respeto hacia la decisión de Carlos Dívar. Un respeto que este señor vestido de negro no ha tenido hacia las instituciones ni hacia la sociedad española. Qué ironía la de Ruiz-Gallardón y qué cosas tiene la vida cuando quien le sustituye es uno de los amigos de Camps y exconseller valenciano de Justicia en los tiempos donde sembraron la ruina autonómica. Que ironía que el presidente interino del CGPJ, Fernando de Rosa, defienda a capa y espada la honorabilidad de quien no devuelve el dinero público que ha derrochado en placeres privados. Y De Rosa, además, denuncia que Dívar ha sufrido “un daño irreparable” y destaca que ha dado “un ejemplo de responsabilidad”.

El cinismo, hipocresía y manipulación conviven en las instituciones públicas con una normalidad espeluznante. Así ha pasado también esta semana en Castellón con nuevos y gratuitos espacios publicitarios para la mofa nacional y europea. ¿Quién dijo que un puñado de inútiles e ineptos periodistas se dedica a dañar la imagen de esta provincia? El director del aeropuerto sin aviones se ha retratado ante la prensa francesa justificando esta infraestructura fantasma, “tan vacía como el Louvre de noche”. Juan García Salas, con su sueldo a cuestas, nos vuelve a colocar en primera línea. En fin.

Mi colega y hermano Javier Andrés recordaba en las redes sociales que hace diez años que nos dejó Paco Pascual. Compañero periodista del alma. PacoPas dedicaría sus nobles, sabias, jocosas y hasta tristes palabras a la realidad que nos habita. El periodismo ya no es lo que era. Como bien escribiera Kapuscinski los cínicos no sirven para este oficio. Esta profesión debería hacerse de verdades, letras grandes y pequeñas, de gritos y silencios. De vida y sentimientos. H