Querido lector:

La decisión de la Generalitat de apostar por el turismo deportivo en Castellón como una de las alternativas del sector a la crisis económica ha calado bien entre los empresarios turísticos, hoteleros, restauración, etc. La idea, que sustituye al evento deportivo del Másters de golf por su coste, aunque nada comparado con los que se producen en Valencia, podría incluso haber sido complementaria si el Consell hubiera decidido apostar de verdad por la provincia.

Pero en fin, menos da una piedra. Lo que pasa es que el Consell es incoherente. Y eso que es la misma Conselleria de Turismo, Cultura y Deporte, que dirige Lola Johnson, la que lo debe ejecutar.

Me refiero a la contradicción existente entre impulsar este tipo de turismo, vendiéndolo públicamente e implicando a otras instituciones como la Diputación o el Ayuntamiento de Castellón, y al mismo tiempo, negando --después de prometerla-- una inversión suficiente para que Castellón tenga unas instalaciones en condiciones donde albergar acontecimientos deportivos.

Es el caso del atletismo, donde Castellón tiene el mejor club de España, y el de la remodelación del Gaetà Huguet, uno de los proyectos emblemáticos del alcalde Alfonso Bataller, al que solo van a destinar 400.000 euros en 2013, cantidad con la que justo llegará para hacer el proyecto, planos y alguna zanja.

2013 no puede ser un año perdido, máxime cuando Castellón opta a celebrar ya, por ejemplo, el campeonato de España de atletismo los dos próximos años, aunque para ello lo tenga que hacer en la UJI.

Y la consellera no puede vanagloriarse de que al menos hay partida presupuestaria para empezar, porque de eso sabemos mucho en Castellón. Asientos contables que después no llevan a ninguna parte.