El pasado fin de semana concluyó un intenso programa de festejos en honor a San Antonio Abad, patrón de los animales. Algunos municipios de la provincia como Tales y Llucena siguen, de hecho, inmersos en la celebración, y reservan este sábado para la tradicional matxà.

Pero, ¿de dónde procede este peculiar término? El culto a San Antonio está lleno de simbología primitiva que remite a antiguos cultos de la fertilidad. En este sentido, la planta y cremà de un árbol en localidades como Vilafranca o la Vall (que lo ha reintroducido este año) simboliza el ciclo eterno de la vida agraria, que tan bien trasladara Hesíodo en Los trabajos y los días.

El término matxà, por su parte, se refiere al sentido originario y de la fiesta, cuando esta estaba encaminada a pedir protección y fertilidad a los animales útiles para el trabajo en el campo.

¿Qué animales hay más útiles para estas labores que los burros o los machos? Muchos creen que es en la palabra “macho”, o matxo, donde radica el origen del término. Sea como sea, ya saben: ¡vítol a Sant Antoni! H