Querido lector:

El Gobierno del Estado y la Generalitat no están para inversiones. Bastante tienen con cubrir los servicios mínimos imprescindibles del Estado del bienestar que nos quedan con las restricciones y ajustes, que han tenido que acometer, obligados por la Unión Europea ante la pésima gestión (o la no gestión) de la crisis, realizada a cargo de las anteriores administraciones, si queríamos apoyo para que el sistema subsistiera y no entráramos en la bancarrota y en la debacle más absoluta.

Es el discurso oficial, sin matices, del PP, partido que ostenta el Gobierno central desde hace casi dos años y más de 18 en la Generalitat. Un discurso que, como todos, tendrá su parte de razón, sin duda, pero no toda en absoluto, ni mucho menos.

Pero sin entrar en disquisiciones partidistas que nos llevarían demasiada literatura, lo que está claro es que, hoy por hoy, conseguir que una administración pública invierta es casi un milagro. Pero aún así, y desde un punto de vista práctico, sería posible si la inversión no supone un gran desembolso y su beneficio es cuantificable y demostrable.

Es lo que ocurre con la reivindicación del tercer carril como corredor mediterráneo, con los accesos ferroviarios al Puerto de Castellón, o con la reivindicación hecha pública recientemente por el alcalde de Castellón, Alfonso Bataller, para unir la autovía interior con los accesos al Puerto por carretera. Se trataría de inversiones en obras, cada una en su dimensión, de un coste no demasiado elevado, pero de una repercusión económica futura considerable. En resumen, entrarían de lleno en la filosofía imperante en tiempos de crisis de hacer más con menos.

Pero llevando a la máxima esta tesis, en Castellón hay un caso sangrante que no se nos debe olvidar. Se trata del aeropuerto. Una infraestructura mediáticamente maldita, pero cuya inversión ya está hecha, cuyas obras están prácticamente acabadas y que, incomprensiblemente, no se pone en marcha para rentabilizarla. Y en esto no hay que reivindicar inversiones, que ya están. Hay que tomar decisiones. ¿Alguien sabe a qué esperan?