Querido lector, no quiero ser irreverente, pero estoy convencido que el PP de la CV y el molt honorable president, Alberto Fabra, con el montaje ese de Acuerdo de la Sociedad Civil por la Comunidad Valenciana (celebrado en el edificio Veles i Vents que albergó la America’s Cup y representa la falsa gloria pasada) acaba de interpretar la última charlotada. Aunque, claro, si lo califico de charlotada no es porque allí se celebrara un espectáculo taurino, sino porque se festejó una actuación grotesca y ridícula.

Pero, para que se me entienda, debo contar algo más. No hace mucho, en uno de sus discursos, el MHP Alberto Fabra llamó al acuerdo o consenso de todos (especialmente al conjunto de instituciones y movimientos que conforman la sociedad civil valenciana) para situar a nuestra Comunitat, al País Valencià, en mejores condiciones de credibilidad institucional, solvencia económica, competitividad... etc. Propuesta que fue recibida con cierta ilusión pero, también, con desconfianza. Y es que, aunque sonaba bien lo de solicitar la colaboración de todos para salir de la crisis que vivimos, no era creíble que los que han devastado la concertación, los imputados por presunta corrupción, los que recortan en bienestar, los del despilfarro y el interés particular, los de las deudas, los responsables directos de la mala imagen del País Valencia, etc., ahora quisiesen proclamarse los abanderados de un futuro esperanzador y de una praxis política ética basada en el diálogo y la participación.

Querido lector, al final ha pasado lo que se intuía, que meses después del discurso, el Consell ha entregado el documento del acuerdo a las instituciones y movimientos de la sociedad civil valenciana que, por la forma (por estar cerrado y no permitir las aportaciones de nadie) y por el fondo (declaración generales sin ninguna concreción y sin presupuesto ni soporte económico alguno), ha sido rechazado por los sindicatos, las universidades y el conjunto de las organizaciones sociales que forman la Cimera Social del País Valencià. No obstante, lejos de aceptar el ridículo y buscar las bases del necesario y riguroso diálogo social con contenidos reales, adecuados a nuestras necesidades y con compromiso de las partes, el PP de la CV y Alberto Fabra han optado por intentar dar el pego, por montar charlotada, por un improductivo acto de partido y propaganda política. Circunstancia que día a día señala que se alejan de la ciudadanía y, en consecuencia, aparece que el cambio de color político en las instituciones de autogobierno, es la única solución posible y urgente. H

*Experto en extranjería