El ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, José Manuel García-Margallo, evidenció ayer en el foro Primera Plan@ que organiza El Periódico de Catalunya su reconocida fama de ser una de las mentes más lúcidas del Gobierno de Mariano Rajoy, cualidad que combina con una excelente capacidad discursiva. Margallo acudió con la intención de exponer su idea del papel que debe jugar España en un mundo globalizado. El ministro se aplicó a ello de forma didáctica, realista, no exenta de autocrítica y con un saludable reconocimiento de las limitaciones objetivas del país. Pero también era consciente de que no podría rehuir durante el coloquio posterior que las preguntas de los asistentes y se centraran en las posibilidades de salida del contencioso catalán. “Me he pronunciado repetidamente sobre la cuestión porque me interesa España, me interesa Cataluña y, además, esta cuestión afecta a mi departamento”, sentenció el ministro.

El ministro no dejó un mínimo resquicio para el diálogo mientras sobre la mesa esté la consulta del 9 de noviembre y se discuta la soberanía. Malas noticias para los defensores de cualquier tipo de tercera vía, que pugnan por evitar el choque de trenes. Malas noticias porque no se aprecia voluntad de reflexionar sobre por qué hemos llegado hasta aquí.